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📃📻 ¡Pueblo Indolente! Pero no es Tarde:
Reflexiones sobre la Jornada electoral 2022 en Colombia.

[Por Juliana Paola Díaz Quintero - 10/06/22]

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🌒 LECTURA EN MODO OSCURO


Han pasado más de 2 siglos desde la muerte de Policarpa Salavarrieta, heroína Colombiana de un proceso de “Independencia”
que infortunadamente nunca llegó, porque ¡Colombia ha podido ser todo! Menos una nación Independiente y soberana.

Me remito a Policarpa porque sus palabras resuenan hoy más que nunca en nuestra memoria, “Pueblo indolente, cuán diversa sería
hoy nuestra suerte si conociereis el precio de la libertad. Pero no es tarde” y así, en medio de su fatídico destino, la Pola ya comprendía
que muchos Colombianos y Colombianas estábamos enfermos de “Indolencia” y este asunto puede ser visto de forma ejemplar
no sólo en el actual momento histórico que atraviesa el país, sino también en las décadas de conflicto interno armado, en las guerras
partidarias y en general en la historia política del país.

En ese orden de ideas, Colombia es un país históricamente convulsionado, con pocos lapsus de tranquilidad y estabilidad política y
repleta de un sinnúmero de problemas sociales, agudizados por la fuerza de la violencia bélica y la histórica indolencia e indiferencia
de sus clases dominantes ¡Es por ello que pensar en la posibilidad de un salto en la historia política del país a muchos les da histeria!
Sobre todo a quienes a través de esa violencia heredada de la colonia, la corrupción política, el narcotráfico y el paramilitarismo, han
construido sus imperios de poder económico. Es a las grandes oligarquías Colombianas a quienes más les asusta la toma del poder popular.

¡Y no es para menos! ¡Desde la década de los 70 no veíamos a un pueblo tan Berraco! Tan cansado y decidido a interrumpir ese continuum de la
historia como diría Walter Benjamin. “El Paro Cívico Nacional de 1977 fue la gran jornada de la segunda mitad del siglo XX, la primera fue sin
duda el Bogotazo (1948). Este paro fue muy grande, pero duró dos días en Bogotá y un día en la mayor parte del territorio. Hubo 19 muertos en la
capital y dos o tres en el resto del país, comparado con el reciente paro fue bastante pacífico”, dijo a la Agencia Anadolu Mauricio Archila Neira,
profesor de la Universidad Nacional de Colombia e investigador del Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep).

Las movilizaciones contra el paquetazo de Duque consolidaron una emergente fuerza popular que culminó en grandes expresiones de indignación
expandida por todo el territorio nacional, el grande estallido social del 2021 contra la reforma tributaria, de alguna forma recogió toda la insatisfacción
histórica del pueblo Colombiano, así, los nadie salieron en masa a las calles para exigir cambios. En este escenario fue fundamental el protagonismo de las
Juventudes para despertar la empatía de las mayorías del país y podríamos afirmar que esta indignación como un fenómeno sociopolítico en efervescencia, se
viene canalizando en la grande acogida que hoy tiene el programa político del Pacto Histórico en cabeza de Gustavo Petro y Francia Márquez, por primera vez
en la historia política Colombiana un proyecto de izquierdas podría asumir la conducción hacia una verdadera democracia, o por lo menos así lo dejó en
entrever la primera vuelta a las elecciones presidenciales.



Con todo, y a pesar de que en esta primera vuelta el Pacto Histórico fue el gran vencedor, el aparato institucional Colombiano siempre se vale de
recursos jurídicos para defender ciertos intereses, así, dictaminó realizar una segunda vuelta de las elecciones para que el pueblo “que en segunda
vuelta suele ser la mano invisible de la registraduría nacional” elija finalmente a su presidente. Ante esta eventualidad los testigos electorales de
la oposición al gobierno ya están alertas, esperamos que la vigilancia ciudadana haga valer el ejercicio democrático.

Por otro lado, no debería sorprendernos el sinnúmero de votos que obtuvo el candidato Rodolfo Hernández digno representante del continuismo y la
corrupción típica de nuestro país, porque infortunadamente existen millones de indolentes en nuestra querida Colombia, oligarcas a quienes poco
les interesa aliarse con el mismísimo diablo para no ceder el poder y sus privilegios, uno que otro víctima y consumidor de la desinformación de
los medios de comunicación, otros regionalistas y patriotas a quienes desde pequeños se les infundió un odio desmedido por los enemigos de la patria,
y millones de personas sumidas en un analfabetismo político guiados por un aparato institucional podrido y poco interesado por la educación de sus
ciudadanos, además otras pobre almas llevadas por la irracionalidad y las pasiones de las que se vale el señor en mención, a quien recientemente se
le vio llorando en redes sociales en nombre de la paz, aun cuando fue un acérrimo enemigo del proceso de paz y quien ha sido incapaz de asistir a los
debates presidenciales para hablar de sus programa de gobierno.

Que haya una segunda vuelta presidencial, de por sí ya dice mucho de nuestra sociedad, y muchos nos preguntamos cómo sigue siendo posible que millones
de Colombianos y Colombianas continúen siendo indolentes frente a los casos de Corrupción, ésta que históricamente ha asesinado y llevado a la miseria
a millones de personas en nuestro país, peor aún se pregunta una ¡Cómo es posible que un candidato como Hernández con varios procesos en andamiento por
corrupción, abiertamente Machista, violento y manipulador represente para estas personas una opción de cambio! ¡Es inaudito que un país como el nuestro
con tantas heridas y sangre derramada por el accionar de políticos como este, con aliados directamente vinculados a la política tradicional se piense
siquiera en la idea de que este señor representa un Cambio! Y quizá es aún más preocupante la ausencia de pensamiento crítico para elegir y discernir,
a muchos Colombianos hoy los mueve el miedo, el odio infundido sobre un candidato que es sin duda alguna, brillante, correcto, preparado y entregado a
las causas sociales, todo menos un corrupto.



Ante un prestigioso público internacional, parece muy evidente cuál de los programas políticos en disputa es la mejor opción para
el país, intelectuales, gobernantes, demócratas, artistas, científicos, minorías étnicas, estudiantes y trabajadores le han apostado
a demostrar que las propuestas del Pacto Histórico se ajustan a la urgente necesidad de transformación social que requiere la sociedad
Colombiana. Quizá hoy, ante un momento histórico tan importante adquieran un mayor sentido las últimas palabras de nuestra prócer, sin
embargo quisiera quedarme con esa última dosis de esperanza “pero no es Tarde” para no perder la costumbre de la utopía, de los sueños,
ojalá que este 19 de Junio podamos reflexionar y ejercer un voto consciente, movidos por la reconciliación y el deseo de un cambio, no por
el odio que nos han vendido durante décadas, no vaya a ser que perdamos la oportunidad de que cese la horrible noche.


[Por Juliana Paola Díaz Quintero (Colombia) – Doctoranda en Filosofía de la Universidad de Uberlandia, MG/Brasil.]



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