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En Argentina, en lo que resta de la pampa húmeda, se están dando olas de calor de 40 grados casi una vez al mes
o más, en lo que va del verano. Por lo menos cada un mes o mes y medio hay una ola de calor con poco y nada de
lluvias en el intervalo, con quemas constantes en zona de islas y Entre Rios lo que intensifica aún más el drama
climático que se viene viviendo por acá.
La sequía es preocupante para los que viven de explotar el suelo argentino
y los que antes eran suelos fértiles, si se extiende este clima año tras año, serán pronto suelos improductivos.
Los mismos que destruyeron el total de la vegetación nativa en Buenos Aires, Santa Fe, etc. para plantar mares de
soja, los muchos de los que hacen negocio abriéndole el paso a la ganadería con el fuego, son los que llorarán el
día de mañana cuando desde noviembre hasta marzo no caiga una sola gota de agua, tengan que regar la soja con sus
propias lágrimas y se les mueran los animales de sed y calor.
Las cumbres climáticas en Europa no cuestionan el modelo
ecocida del agro-negocio, puesto que todos, desde China, Rusia con sus fertilizantes, hasta los EE.UU con Cargill y sus
transnacionales del negocio de la soja, se benefician del mismo modelo. Como alternativa, los mismos vivos apuestan
a "las energías renovables" como solución a la catástrofe climática. Nuevos negocios para los de siempre y una jugada
estratégica para correr a Rusia del control casi monopólico y estratégico que posee sobre los recursos energéticos a nivel
mundial.
A nadie nunca le importó el planeta, ni el clima, ni la salud, ni nada, son solo discursos y eslóganes de la misma
gente que generó lo que hoy se está viviendo. Al mismo tiempo, la indiferencia, la tolerancia y la falta de interés de la
sociedad por involucrarse y por lo menos dar el debate es obscena, la gran mayoría ha naturalizado el desastre.
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